.::sermones Iglesia Bautista De La Gracia::.

Dios hiere para sanar; el Espíritu Santo convence de pecado y de juicio y luego nos muestra como proceder al arrepentimiento para entonces consolarnos.

La adoración es un deber demandado por Dios en virtud de lo que Él es. Él ha de ser adorado, no conforme a nuestra inventiva, sino conforme a lo que Él ha revelado: en espíritu y en verdad.

El alma del hombre solo se sacia con Cristo, quien es el pan de vida. Por lo tanto, es una insensatez preferir un almacén lleno de granos que la salvación del alma.

Historias como la de David, Manases, Josas y Pedro nos muestran que Dios promete dar Gracia a todo aquel que humildemente se examina a si mismo a la luz de la palabra de Dios.

El mandato de Dios no es simplemente decir que uno es Cristiano, sino y sobre todo a producir buenos frutos. El pecado a juzgar en el juicio sera el desprecio a las buenas obras que Dios ha mandado.

No existen palabras para definir la astronómica gracia de aquel que siendo El Gran Creador del universo, dejo su trono para venir a este pálido punto azul a morir por pecadores.

A quien Dios da gracia, también dará gloria, la cual es el privilegio que Dios nos da ahora al adoptarnos como hijos, para luego darnos herencia eterna.

La respuesta natural hacia Dios de todo aquel que ha sido liberado de las garras de la desesperación es la honra debida a Su Nombre.

Dios ha prometido liberación a aquellos que desde los bordes de la desesperación le invocan con sinceridad de corazón.

Ver a Cristo es lo único que trae consuelo en todos nuestros temores.

La situación de una persona en este mundo no necesariamente es el reflejo de su situación ante Dios. He aquí un rico que llego a ser miserable y un mendigo que era valorado por Dios.

En esta mesa de reconciliación hemos de examinarnos a nosotros mismos según el juicio de las Escrituras y cuidándonos de nuestra propia corrupción, pero con un ojo puesto en la cruz

Lo Peor del castigo eterno es que el pecador quedara excluido eternamente de la presencia de Dios y de la gloria de su poder. Dios solamente estará allí para derramar su enojo sobre ellos.

Si Dios cuida y provee para las aves y las flores, cuanto mas para sus amados hijos. Hemos de creer cada día que Dios en su gracia ha de proveer lo que necesitamos para cada día.

Todos los hombres son por naturaleza comparables a plantas espinosas. Pero en Cristo, todo aquel que cree, es transformado por gracia a la semejanza de plantas útiles y aromáticas.

Muchas veces queremos usar a Dios para cambiar nuestras circunstancias adversas, cuando la realidad es que Dios usa esas circunstancias para cambiarnos y moldearnos a su voluntad.

Las faltas en mi cónyuge revelan la realidad de mi corazón. No son la causa de mi pecado sino ocasión para revelar la realidad de mi corazón.

Está en la naturaleza de Cristo dispensar gracia y misericordia hacia aquellos que la sociedad rechazan por su mala reputación. Al que mucho se le perdona, mucho ama.

No todo juicio es prohibido en las Escrituras, pero estamos muy inclinados a criticar y juzgar a los demás en exceso.

En los matrimonios se presentan conflictos regularmente pero no se resuelven bíblicamente y se complican más.