La Contrahistoria

Genios enfrentados: Bernini y Borromini

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Sinopsis

En 1680, a los 81 años, murió en Roma Gian Lorenzo Bernini. Dejaba a sus espaldas algunas de las obras de arquitectura y escultura más significativas de la corte papal del siglo XVII, obras aún reconocidas universalmente: del baldaquino de la basílica hasta la columnata de la plaza de San Pedro, o del Rapto de Proserpina hasta el Éxtasis de Santa Teresa. Bernini, napolitano de nacimiento y, por lo tanto, súbdito de los monarcas españoles, murió aclamado por todos como un artista fuera de lo común cuyas obras eran admiradas en el mundo entero y de las que los romanos se sentían muy orgullosos. Le enterraron bajo una humilde lápida en la basílica de Santa María la Mayor de Roma y pasó a formar parte del panteón de los grandes arquitectos y escultores de la Roma del renacimiento papal de los siglos XVI y XVII junto a Miguel Ángel, Rafael o Bramante. Buena parte de esa fama de la que disfrut&oac