Desarrollo Profesional

Hoy vamos a hablar sobre algo que nos ocurre a todos más a menudo de lo que nos gustaría. Os pongo en situación: tienes tu día perfectamente planificado, con todas las tareas que tienes que hacer, en qué orden y a qué hora y, de repente, llega tu jefe, un compañero o un cliente con un asunto muy urgente y ¿que pasa? que te dinamitan la agenda del día. Esto nos ha pasado a todos en más de una ocasión y es el inicio de una semana dura llena de retrasos con nuestros clientes, compañeros y jefes porque se nos acumulan las tareas que no hemos podido hacer a lo largo de la semana o incluso de las siguientes semanas. Evitar que estas urgencias que nos destrozan nuestra planificación diaria y semanal es fundamenta para que nuestra productividad no baje en picado y, sobre todo, nuestros clientes, jefes y compañeros no se resientan por una mala previsión nuestra. Las cosas imprevisibles, como bien dice la palabra, no son previsibles pero en muchas ocasiones son más predecibles de lo que pensamos. Si todas las semanas /